Publicado en Spain - Entretenimiento y Ocio - 11 Aug 2016 06:03 - 3
SEVILLA.- Madrugada del 11 de agosto de 1936. Blas Infante es conducido al kilómetro cuatro de la carretera Carmona. Tenía solo 51 años. Era y es el padre de la Patria Andalucía, por eso gritaría frente al pelotón de fusilamiento en dos ocasiones ¡Viva Andalucía Libre! Su cuerpo se encuentra sepultado bajo una de las ocho fosas comunes del cementerio municipal de San Fernando. Ninguna administración ha querido, hasta el momento, buscar sus restos. Tampoco se encuentra señalizada su fosa, junto a las 3.800 víctimas del régimen represaliadas en este camposanto.
Manuel Ruiz, biógrafo del ideólogo andaluz, recuerda como Infante fue arrestado en su casa de “Villa Alegría” el 2 de agosto por un grupo de falangistas. “Fue llevado al cuartelillo de Falange, situado en la Cámara Agraria de la calle Trajano (pleno centro de la ciudad) y más tarde a la prisión habilitada que había en el cine Jáuregui (hoy convertido en supermercado). La noche del 10 de agosto fue sacado junto a otras autoridades de la Sevilla republicana”.
Frente al pelotón lo acompañaría, entre otros, José González Fernández de La Bandera, quien fuera alcalde de Sevilla en 1932, Manuel Barrios, diputado socialista, Fermín Zayas, toda una personalidad de la masonería sevillana o Emilio Barbero Núñez, teniente alcalde del Ayuntamiento de Sevilla y militante de Unión Republicana.
Angustias García Parias, mujer de Infante, no olvidó ni un solo día de su vida los sucesos de la cruel detención de su marido. “Empezaron a tomar la plaza cuando llamaron a la puerta principal de mi casa. El Sargento Crespo de Falange y otro fueron a por Blas. Se lo llevaron así como el aparato de radio y el altavoz entre las 11 y 12 de la mañana. Los aparatos volvieron pero él no".
Ruiz apunta en su libro Blas Infante Pérez 1885 -1936, como “la insurrección golpista y la posterior guerra vienen a impedir dramáticamente el proyecto autonómico como otros muchos de carácter progresista”. Ni el favor del entonces gobernador civil de Sevilla, Pedro Parias, tío directo de la mujer de mujer de Blas Infante, permitió que se salvara de aquel trance final. Estaba todo más que pactado desde arriba por una orden militar y nada se podía hacer por él. A pesar de que Infante, tal y como afirma Manuel Ruiz, fuera considerado como “un pacífico ciudadano, demócrata y un republicano profundamente convencido, un andaluz humilde y comprometido que luchó por una Andalucía libre de todo tipo de injusticias”.
La reconocida lucha por aquel andalucismo permitió que Infante fuera reconocido en el preámbulo del Estatuto de Autonomía de Andalucía como el verdadero "padre de la patria andaluza".
Condenado cuatro años después de su fusilamiento
“Don Blas Infante formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931 y en los años sucesivos hasta 1936. Se significó como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz”. Así reza la Sentencia del Tribunal de Responsabilidades Políticas que buscaba justificar el carácter revolucionario de las ideas de Infante.
El 4 de mayo de 1940, se emite este documento que lo condena “como incurso en un caso de responsabilidad política de carácter grave”. Una persecución que fue más allá de su asesinato, ejecutado por aplicación de bando de guerra cuatro años antes. Sin juicio ni sentencia que “justificara” su fusilamiento.
La viuda heredó la sanción económica impuesta por el Juez Instructor Provincial de Sevilla. Una multa de “dos mil pesetas”, que tuvo que pagar obligatoriamente al nuevo régimen franquista en los peores años de la posguerra.
Su nieto Estanislao Naranjo Infante reclama “la infamia jurídica” de este proceso. “Los políticos se adueñan de la figura de Infante, se le rinde homenaje cada 11 de agosto al padre de la patria andaluza pero no terminan de anular su condena”.
En el año 2007 se llevó a cabo un intento de aprobación en el Parlamento Andaluz de una resolución en la que se instaba a elevar un recurso al Supremo para la anulación de la sentencia. El trámite cayó en saco roto. La familia reclama que solo pudo conseguirse por esa misma fecha, tras la aprobación de la ley estatal de memoria, que “la condena fuera declarada ilegítima pero no anulada ante la justicia” y su nieto Estanislao quiso seguir con la lucha llevando aquel recurso ante la la Gerencia Territorial del Ministerio de Justicia. En el año 2010 solicitaría “una reparación moral, no económica” de la figura de su abuelo, acusado ochenta años después de su asesinato por un tribunal militar.
La iniciativa parlamentaria del grupo de IU
La tramitación, en el día de ayer, de una iniciativa parlamentaria por parte de los tres diputados de Izquierda Unida, Alberto Garzón, Miguel Ángel Bustamente y Eva García Sempere, abre de nuevo de nuevo el debate y las heridas. Tal y como destaca el grupo parlamentario en su comunicado “es una grave contradicción que Blas Infante figure en el Estatuto de Autonomía como padre de la patria andaluza y, al mismo tiempo, exista una sentencia condenatoria por actividades andalucistas y republicanas”.
A las causas pendientes con la figura de Infante, se une la señalización de su fosa en el cementerio de San Fernando (Sevilla). En una de aquellas ocho zanjas, conocida como la del Triángulo, fueron arrojados los cuerpos de la corporación municipal republicana del Ayuntamiento de Sevilla. El cuerpo del padre de la patria andaluza podría estar entre ellos. El historiador José Díaz Arriaza destaca también en su libro Ni localizados ni olvidados que “solo 253 represaliados están inscritos en los libros de partidas de enterramiento: El padre de la patria andaluza, Blas Infante, no está en aquellos papeles con muchas hojas en blanco”. El actual consistorio tampoco ha terminar de iniciar los trámites para señalizar las fosas de aquellos republicanos que suman casi 3.800 víctimas directas de la terrible represión ejercida en la capital andaluza.
Origen: www.publico.es
Manuel Ruiz, biógrafo del ideólogo andaluz, recuerda como Infante fue arrestado en su casa de “Villa Alegría” el 2 de agosto por un grupo de falangistas. “Fue llevado al cuartelillo de Falange, situado en la Cámara Agraria de la calle Trajano (pleno centro de la ciudad) y más tarde a la prisión habilitada que había en el cine Jáuregui (hoy convertido en supermercado). La noche del 10 de agosto fue sacado junto a otras autoridades de la Sevilla republicana”.
Frente al pelotón lo acompañaría, entre otros, José González Fernández de La Bandera, quien fuera alcalde de Sevilla en 1932, Manuel Barrios, diputado socialista, Fermín Zayas, toda una personalidad de la masonería sevillana o Emilio Barbero Núñez, teniente alcalde del Ayuntamiento de Sevilla y militante de Unión Republicana.
Angustias García Parias, mujer de Infante, no olvidó ni un solo día de su vida los sucesos de la cruel detención de su marido. “Empezaron a tomar la plaza cuando llamaron a la puerta principal de mi casa. El Sargento Crespo de Falange y otro fueron a por Blas. Se lo llevaron así como el aparato de radio y el altavoz entre las 11 y 12 de la mañana. Los aparatos volvieron pero él no".
Ruiz apunta en su libro Blas Infante Pérez 1885 -1936, como “la insurrección golpista y la posterior guerra vienen a impedir dramáticamente el proyecto autonómico como otros muchos de carácter progresista”. Ni el favor del entonces gobernador civil de Sevilla, Pedro Parias, tío directo de la mujer de mujer de Blas Infante, permitió que se salvara de aquel trance final. Estaba todo más que pactado desde arriba por una orden militar y nada se podía hacer por él. A pesar de que Infante, tal y como afirma Manuel Ruiz, fuera considerado como “un pacífico ciudadano, demócrata y un republicano profundamente convencido, un andaluz humilde y comprometido que luchó por una Andalucía libre de todo tipo de injusticias”.
La reconocida lucha por aquel andalucismo permitió que Infante fuera reconocido en el preámbulo del Estatuto de Autonomía de Andalucía como el verdadero "padre de la patria andaluza".
Condenado cuatro años después de su fusilamiento
“Don Blas Infante formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931 y en los años sucesivos hasta 1936. Se significó como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz”. Así reza la Sentencia del Tribunal de Responsabilidades Políticas que buscaba justificar el carácter revolucionario de las ideas de Infante.
El 4 de mayo de 1940, se emite este documento que lo condena “como incurso en un caso de responsabilidad política de carácter grave”. Una persecución que fue más allá de su asesinato, ejecutado por aplicación de bando de guerra cuatro años antes. Sin juicio ni sentencia que “justificara” su fusilamiento.
La viuda heredó la sanción económica impuesta por el Juez Instructor Provincial de Sevilla. Una multa de “dos mil pesetas”, que tuvo que pagar obligatoriamente al nuevo régimen franquista en los peores años de la posguerra.
Su nieto Estanislao Naranjo Infante reclama “la infamia jurídica” de este proceso. “Los políticos se adueñan de la figura de Infante, se le rinde homenaje cada 11 de agosto al padre de la patria andaluza pero no terminan de anular su condena”.
En el año 2007 se llevó a cabo un intento de aprobación en el Parlamento Andaluz de una resolución en la que se instaba a elevar un recurso al Supremo para la anulación de la sentencia. El trámite cayó en saco roto. La familia reclama que solo pudo conseguirse por esa misma fecha, tras la aprobación de la ley estatal de memoria, que “la condena fuera declarada ilegítima pero no anulada ante la justicia” y su nieto Estanislao quiso seguir con la lucha llevando aquel recurso ante la la Gerencia Territorial del Ministerio de Justicia. En el año 2010 solicitaría “una reparación moral, no económica” de la figura de su abuelo, acusado ochenta años después de su asesinato por un tribunal militar.
La iniciativa parlamentaria del grupo de IU
La tramitación, en el día de ayer, de una iniciativa parlamentaria por parte de los tres diputados de Izquierda Unida, Alberto Garzón, Miguel Ángel Bustamente y Eva García Sempere, abre de nuevo de nuevo el debate y las heridas. Tal y como destaca el grupo parlamentario en su comunicado “es una grave contradicción que Blas Infante figure en el Estatuto de Autonomía como padre de la patria andaluza y, al mismo tiempo, exista una sentencia condenatoria por actividades andalucistas y republicanas”.
A las causas pendientes con la figura de Infante, se une la señalización de su fosa en el cementerio de San Fernando (Sevilla). En una de aquellas ocho zanjas, conocida como la del Triángulo, fueron arrojados los cuerpos de la corporación municipal republicana del Ayuntamiento de Sevilla. El cuerpo del padre de la patria andaluza podría estar entre ellos. El historiador José Díaz Arriaza destaca también en su libro Ni localizados ni olvidados que “solo 253 represaliados están inscritos en los libros de partidas de enterramiento: El padre de la patria andaluza, Blas Infante, no está en aquellos papeles con muchas hojas en blanco”. El actual consistorio tampoco ha terminar de iniciar los trámites para señalizar las fosas de aquellos republicanos que suman casi 3.800 víctimas directas de la terrible represión ejercida en la capital andaluza.
Origen: www.publico.es
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