La República Italiana nació el 2 de junio de 1946 a raíz de los resultados del referéndum solicitado para determinar la forma institucional del Estado después de la final de la Segunda Guerra Mundial. La proclamación oficial tuvo
lugar el 18 de junio.

Este fue un evidente cambio de importancia para la historia contemporánea, después del período fascista y la participación en la
guerra, que tuvo lugar en un clima de extrema tensión, y es un polémico momento de la historia nacional muy rica en acontecimientos, efectos y consecuencias y que también fue considerado como una revolución pacífica que ha producido una forma de estado poco diferente a la actual. El nacimiento de la República fue acompañado por una cierta controversia sobre la coherencia acerca de la regularidad del referéndum que ratificó. Las sospechas de fraude electoral y otras acciones de "perturbación" del referéndum aún no han sido completamente disipadas por los historiadores y son objeto de recriminaciones por parte de los partidarios de la causa monárquica.

Italia era una monarquía, adscrita al rey de la Casa de Saboya, que ostentaba el título de Rey de Italia (y, anteriormente, era conocido como el Rey de Cerdeña), y en 1946 se convirtió en una república, como resultado de ese referéndum institucional. Se hizo después de una Asamblea Constituyente con el fin de tener una Constitución del Estado Republicano y así sustituir el Estatuto Albertino, hasta entonces en vigor. Antes del cambio, era una monarquía constitucional basada en el Estatuto (aunque durante el fascismo las garantías sobre los derechos previstos en el Estatuto se cambiaron).

El 2 de junio de 1946, con la elección de la forma del Estado, los ciudadanos italianos (incluidas las mujeres que votaban por primera vez) también eligieron a los miembros de la Asamblea Constituyente que es la encargada de redactar la nueva Carta Constitucional y que hasta la elección del primer parlamento de la República desempeñó las funciones de la asamblea
legislativa.